viernes, 12 de julio de 2013

Textos Críticos de mis Compañeros a mi obra

Crítica realizada por Juan Guido



MakinArt
de Dana Sosa

La instalación propuesta por Dana Sosa es complicada de abordar en primera instancia. No por su complejidad conceptual, o su complejidad tecnológica, sino por la propuesta en sí.Se trata de una maquina generadora de dibujos,sobre un lienzo, a partir de la manipulación del espectador. La obra propone diferentes modos de interactuar y manipular la misma, y si uno ahonda en la presentación formal propuesta por la artista, es precisamente en ese lugar donde comienza la complejidad.

Uno de los objetivos del proyecto consistía en ¨Lograr una actividad divertida que genere el interés de los niños a la hora del aprendizaje¨ [Dana Sosa]. A su vez, la artista nos explica que ¨Al entrar a la sala e interactuar con la obra, el espectador va a enfrentarse con el desafío de ser el propio artista y expresarse a través del dibujo a través de la experimentación.¨  [Dana Sosa]. Creo que ambos postulados entran en conflicto, y no dejan florecer el potencial del proyecto. Es muy arriesgado pensar una obra destinada al público infantil, pero pensada conceptualmente para gente adulta. Pensar una edad de inicio para involucrarse en prácticas artísticas es polémico; y llanamente, cualquier debate sobre qué es y no arte es,de por sí, máspolémico. Pero sabemos algo con certeza, que las instituciones artísticas no están pensadas, en su mayoría, para albergar público infantil como principal  espectador.

A menos que hablemos de muestras muy específicas; o de pequeños espacios brindados por grandes instituciones como los museos Reina Sofía de Madrid, o Guggenheim Bilbao (entre otros). Si esta instalación está proyectada para exponerse junto a otras obras (en museos, galerías, exposiciones, u otras instituciones) se deben tomar muchos otros recaudos y medidas de seguridad; tanto como prevención para el espectador, como prevención para el artista ante un accidente de alguno de los mismos. No debemos olvidar que la obra funciona con ventiladores conectados directo a 220V, y elementos tóxicos como las pinturas de látex. Y las prevenciones no son únicamente pensando en los niños espectadores, sino en la posibilidad de problemas con el público adulto; e inclusive con posteriores conflictos con obras lindantes.

Esta obra tiene un potencial muy grande dentro de ella, que no puede llegar a su plenitud por la ambigüedad a la hora de definir un objetivo, más precisamente, un público definido. Abrir el juego a todo tipos de edades, con todos los recaudos posibles, puede liberar a la obra del laberinto formal y conceptual en el que se encuentra.





Crítica realizada por Emanuel Carrizo


MakinArt




La siguiente instalación despierta en mi imaginación ciertas remembranzas al arte
generativo, al hombre desarrollando a través de la historia maquinarias para el
desarrollo visual, tal como lo fue el telar de Jacquard o las maquinarias con tintes
artísticos desarrolladas por Leonardo Da Vinci.

Así mismo, creo que el desarrollo del proyecto no logra entregar el pleno potencial al
cual podría llegar. La posibilidad de una mayor profundización en el complejo expuesto
como maquinaria podría enriquecer, en mayor medida, el evento de acción del
espectador. No estoy diciendo de esta manera la necesidad de un desarrollo de
ingeniería, pero si un mayor énfasis en la expulsión de tintas y en la aleatoriedad de
movimiento del lienzo. Por ejemplo, la utilización de contrapesos que, en equilibrio con
las fuerzas expuestas por el ventilador, podrían entregar a la obra una mayor ayuda para
el resultado de aleatoriedad física.

La definición de colores primarios, en los tintes a utilizar, en cierta medida me
recuerdan a Mondrián y sus intrincadas abstracciones, las cuales detrás de ellas
escondían profundos complejos, como el numero áureo, el cual también a sido utilizado
por artistas desde la antigua Grecia. En estos colores utilizados en esta instalación y el
hecho de la creación de una maquina para utilizarlo, se podrían esconder, detrás de la
participación lúdica del espectador, una participación compleja basada en ejes
matemáticos, de la cual, no necesariamente, el espectador deba ser plenamente
conciente de tal. En esta medida, el lienzo finalizado tendría en si un gran
enriquecimiento conceptual, no visible en el momento de la participación.
Como ultima observación, creo que debería contemplarse dos instancias de exposición
para este proyecto. La primera consistiría en el proceso de ejecución de los lienzos.
Espectadores yendo a participar de una acción, en la cual se obtiene como producto una
obra colectiva. Como segunda instancia, la exposición plena de dicho producto, la cual
debería tener pensado para ello un montaje aparte y no debería ser relegado. Creo que
dichos productos pueden ubicarse no solo en el suelo, sino que se podría generar una
experiencia envolvente y crear un espacio en el que el espectador pueda ingresar y
sentirse repleto de estas obras. Generar un lugar en el que el espectador pueda sentirse
como dentro de esa maquinaria que se propone. Este modo de exposición podría seguir
la misma línea lúdica que se proponía, y generar un espacio de juego en el que se pueda
ingresar y cobijarse en la obra. En este sentido, se podría pensar en “Geometría Blanda”
de Marta Minujin, la sala de colchones en la cual el espectador ingresaba y se
encontraba envuelto en estas creaciones plásticas.

Creo en esta medida, la posibilidad de explotación de este proyecto y no dejarlo en
meramente una experiencia participativa de juego. Un mayor desarrollo de tal podría
acercarlo a un producto de gran interés para aquellos referentes plásticos en búsqueda
de nuevos implementos.

Crítica realizada por Andrés Beis


MakinArt

“MakinArt es una instalación que propone una nueva manera de pintar alejada de las maneras tradicionales invitando al espectador a crear un dibujo improvisado sin tener experiencia previa dentro del campo del arte con el fin de divertirse.” Así es como comienza la descripción breve de la instalación de Dana Sosa. Creo que en este punto es bastante acertada la descripción en cuanto a la obra, dado a que sí, es muy aleatorio y no tradicional el dibujo que uno puede llegar a pintar en el lienzo, ya sea por el movimiento del mismo lienzo generado por los ventiladores y/o también por el mismo efecto que da la salida de los rociadores. 


Desde el titulo de la obra nos está hablando que la instalación es una máquina. Y creo que de ser una maquina está muy lejos, son solo elementos externos que componen o ayudan a que el resultado final sea como lo que se explica en el texto, o de lo que se quiere hablar. Con esto no digo que no funcione como “máquina” tal, dado a que puede ser tomado como una máquina o un elemento de baja tecnología o “low budget” que ayuda a generar el dibujo aleatorio sobre el lienzo, siendo este el resultado final del proceso creativo.
Y es ahí donde me quiero detener, donde ese resultado final es la obra misma a mi entender. 


Creo que no es tan importante la “maquina” en sí, (dado a que existen varias maquinas que pintan aleatoriamente y generan “arte”, por así decirlo). Sino que lo importante es ese lienzo final que posee el proceso creativo de cualquier espectador que puede o no saber de pintura. Como se explica en el texto de la obra en la parte que dice “Al entrar a la sala e interactuar con la obra, el espectador va a enfrentarse con el desafío de ser el propio artista y expresarse a través del dibujo a través de la experimentación.” 


Creo que para un “upgrade” de la obra no se debería de estar tan focalizado en rearmar el elemento “maquina”, sino el objetivo sería replantear y pensar la manera de cómo exponer esos lienzos en el espacio expositivo, que quieren decir. Y de esta manera generar que cada persona que participó en el proceso creativo de pintado, luego vea sus “obras”(lienzos) colgados o expuestos en una sala y así sentirse realmente como verdaderos artistas enmarcado en un entorno de museo o muestra. 
Andrés D. Beis – 2013 – Taller de Imagen 6

Crítica realizada por Agostina Scarinchi

“Makin Art”

Creo conveniente analizar la instalación Makin Art, a partir de dos aspectos. Podría decir, si se quiere, una etapa meramente Procesual y una segunda como obra acabada.
Me parece pertinente hablar del proceso, como una instancia de experimentación y descubrimiento de las capacidades que brinda la instalación. Desde el accionar de la máquina, hasta el rol del espectador  a la hora de “producir” su propia pintura.
Por otro lado, creo que el proceso de creación pasó por diferentes obstáculos que tuvieron que resolverse a medida que “Makin Art” lo exigía. Las desprolijidades al momento de pintar, junto con los problemas que llevaba el traslado de la instalación hasta la UNTREF, no me parece un hecho menor; ya que todas esas idas y vueltas, le dan a la instalación ese concepto que se irá entretejiendo junto con otros y se reunirán todos en un mismo plano para converger en el verdadero concepto de la obra.

Los cambios y las modificaciones en las distintas etapas de producción, en mi opinión, sirve de herramienta para una búsqueda de nuevas formas y como exploración de nuevos caminos.
 Creo que hubiese sido muy diferente si se hubiese trabajado como en la obra de Rebecca Horn “Les Amants” que utiliza simples mecanismos que dibujan la pared por medio de una máquina propulsora de chorros de pinturas dosificados, y que en algunos casos, no siguen un patrón sino que se basan en su aleatoriedad; de manera constante y automática.
 Existe una amplia brecha conceptual entre ambas obras. Por ejemplo la forma en la que Horn decidió sobre qué mecanismo utilizar para disparar la pintura y como convive en el espacio. Introduzco el ejemplo de Rebecca para expresar que las decisiones que se tomen en cuanto a lo estético influyen definitivamente su carácter conceptual. Si bien hay puntos que se llegan a  relacionar con “Les Amants, “Makin Art” apunta hacia otra línea de trabajo, como antes dije, la experimentación del espectador junto con la aleatoriedad del lienzo que se mueve constantemente, hablan otro lenguaje.

Pensar en su estética - estructura  y funcionalidad-espectador-obra. ¿De qué manera conviven estos elementos dentro de “Makin Art?, ¿De qué forma el espectador convive con ella? ¿De qué modo se presenta en el espacio y que condiciones se deben cumplir para su concreción? Repensar cada uno de los objetos dispuestos en la instalación.
Es un poco lo que sucede en el arte contemporáneo, hablar de instalación es hablar de su contexto en un determinado espacio y tiempo.

En mi opinión esto no está librado al azar, sino generar de forma cuasi oculta, indicios que le permitan optimizar al máximo la relación que se establecerá entre él y la máquina generadora de pinturas. Quiero aclarar que cuando hablo de máquina generadora de pintura, estoy hablando de su resultado. Manchas generadas por salpicones de pintura utilizando colores primarios, que se entremezclan con los movimientos del lienzo.

En este punto es donde entra en juego el segundo aspecto. Si bien el resultado es producto de un largo proceso, en mi opinión hay que reever qué toma más protagonismo.  Ambos aspectos me parecen importantes pero como antes dije, no creo que el resultado de cuenta de ese fructuoso proceso de producción. ¿Exhibir los lienzos colgados como pinturas enmarcadas?, ¿Repartirlas a cada espectador para que lo lleve a su casa como resultado de la experiencia? O ¿Simplemente descartarlas para que no formen parte de su acción?

 “Makin Art” debe, en cierta forma, guiar el proceso de pintura; que utilice la experimentación como forma de crear un estilo. Que esto sea una condición para definir su carácter. Proceder a efectuar mejoras para poder plasmar el concepto de la misma obra. Buscar que estos objetos convivan, en un aquí y ahora.

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